Dentro del universo de Star Wars, un holocrón es un dispositivo donde los Jedis y los Sith solían almacenar grandes cantidades de datos, utilizándolos a manera de diarios o libros. Sin embargo, George Lucas llevó esto aún más lejos.
Para Lucasfilm, el Holocrón es una base de datos interna, mantenida por Lucas Licensing, con el propósito de mantener la continuidad en todos los productos de la licencia. La información se clasificaba originalmente en cuatro niveles de canon o reglas, aunque recientemente se añadió un quinto elemento:
G (George Lucas) En este nivel se incluyen las versiones finales de las seis películas de Star Wars, las novelizaciones de películas, programas de radio, guiones de cine y cualquier otro material publicado que viene directamente del propio George Lucas. En pocas palabras, si él lo dijo, es verdad.
T (Televisión) Este nivel de canon tiene prioridad sobre el canon C, porque George Lucas está o estuvo directamente involucrado en los proyectos como productor ejecutivo. Un ejemplo de esto es la serie Star Wars: The Clone Wars, que hace caso omiso de los sucesos ocurridos en la serie animada de Genndy Tartakovsky Clone Wars Series, aunque esta tenga mucha influencia en la primera.
C (Continuidad) Aquí se ubican todos los trabajos publicados en Estados Unidos, bajo el sello de Star Wars, que no caigan dentro de los cánones G, T, S y N. Así que el canon C tiene prioridad sobre los demás, siempre y cuando no se contradiga con lo establecido en el canon G.
S (Secundario) Éste se refiere a los trabajos más viejos, menos precisos o coherentes realizados en Estados Unidos. Dicho de otro modo, aquellos que no cumplen con la continuidad principal de la historia y que incluyen otros elementos relacionados a ella.
N (No canónico) Aquí pueden incluirse todas las historias alternativas, suposiciones o narraciones carentes de continuidad respecto de la historia principal.
Esto es sin duda, una forma algo extravagante de mantener el orden en la franquicia ¿O en el Imperio?
