El concreto parece bastante inofensivo, luce como un montón de lodo gris que no hace nada más que estar allí y endurecer. No obstante, el concreto es la tercera fuente artificial de dióxido de carbono en el mundo. Aunque esto no tendría por qué ser así.
Dos compañías han estado utilizando diferentes tecnologías que no sólo ayudan a producir un concreto que no crea emisiones de carbono en su fabricación, sino que lo absorbe.
Una de esas compañías se encuentra en California. Calera utiliza un método llamado Mineralización por precipitación acuosa, este proceso convierte las emisiones de carbono industrial resultantes de la combustión, en materiales para la elaboración de concreto y asfalto.
Según la compañía Calera, esta técnica elimina hasta el noventa por ciento del dióxido de carbono, también aseguran que cada tonelada del material de construcción resultante, contiene hasta media tonelada de carbono capturado.
Por si fuera poco, este proceso captura otro tipo de gases, como el dióxido de azufre y neutraliza otros contaminantes como el mercurio, nitrógeno y amoníaco. Si se utilizara este método en conjunto con una planta de desalinización de agua de mar (elemento clave en la mineralización del carbono), haría más atractiva la inversión, abaratando los costos y volviendo más rentable la producción de este tipo de concreto amigable con el medio ambiente.
