Una situación hipotética, en la que una persona diagnosticada con estado vegetativo deba someterse a una cirugía, sin duda pondría a más de un médico en un dilema respecto al uso de anestesia, ya que algunos afirmarían que los pacientes en esta condición, no pueden sentir dolor; excepto que tal vez sí les sea posible.
Buscando una respuesta a este problema, un equipo de investigadores de la Clínica Schön en Alemania, estudiaron a un grupo de personas en estado vegetativo e identificaron las áreas del cerebro involucradas con los aspectos emocionales del dolor. Descubrieron que las personas en esta condición pueden hacer movimientos reflejos, pero no pueden mostrar una conciencia subjetiva.
Existen dos redes neuronales que trabajan en conjunto para crear la sensación de dolor: la primera es la red sensorial-discriminativa, que identifica la presencia de los estímulos desagradables; por otro lado, está la red afectiva, que une las emociones y los sentimientos subjetivos a la experiencia. Dicho de otro modo, sin la actividad de la red emocional, el cerebro detecta el dolor, pero esos estímulos no se interpretan como algo desagradable.
A pesar de estas teorías, los científicos de la clínica encontraron evidencia que muestra la activación de la red afectiva o emocional en algunas personas en estado vegetativo. El método empleado era sencillo, se eligió a un grupo de dieciséis personas para darles descargas eléctricas moderadamente dolorosas, al tiempo que se escaneaba su cerebro a través de una resonancia magnética. El resultado demostró que todos presentaban algún tipo de activación cerebral; siete pacientes sólo manifestaron actividad en la red sensorial, mientras que las nueve restantes mostraron actividad cerebral, tanto en la red sensorial como en la afectiva.
Estos resultados cuestionan si algunos diagnósticos deben cambiar la definición del estado vegetativo, como uno ausente de conciencia, a uno caracterizado por un cierto nivel de conciencia. De ser así, los médicos que trabajan con estos pacientes recibirían instrucciones para tratarlos como si pudieran comprender y percibir al menos emociones como el dolor o el placer.
Cabe resaltar que un estudio publicado en el año 2010, ya había demostrado que algunos pacientes en estado vegetativo eran capaces de modular su actividad cerebral.
