Es posible que algunas vitaminas y nutrientes ayuden a combatir el Alzheimer

Alzheimer vitaminas
En un pequeño estudio piloto, un equipo de investigadores estadounidenses ha descubierto cómo la vitamina D3, una forma de la vitamina D y los ácidos grasos omega 3, puede ayudar al sistema inmune a limpiar el cerebro de las placas amiloides; una de las características físicas de la enfermedad de Alzheimer.

Esta investigación se basa en trabajos previos realizados por el mismo equipo de la Universidad de California y fue publicado en el Diario del Padecimiento de Alzheimer. Dicho estudio arroja más luz sobre el posible papel de las sustancias nutritivas, como la vitamina D3 y omega 3, para fortalecer el sistema inmunológico y ayudar a combatir el Alzheimer.

La vitamina D3 es esencial para la salud de los huesos y el sistema inmunitario. La fuente principal de esta vitamina se produce en la piel con ayuda de la luz solar. Las deficiencias pueden ocurrir durante los meses de invierno o durante la época en que la gente permanece en interiores la mayor parte del tiempo. Las personas con Alzheimer son un ejemplo de ello.

Por otro lado, los ácidos grasos omega 3 son grasas que comúnmente se encuentran en los aceites marinos y vegetales. Estos son considerados ácidos grasos esenciales, lo que significa que no pueden ser sintetizados por el cuerpo pero son vitales para un metabolismo saludable. Incluso se cree que juegan un papel importante en la reducción de la inflamación en todo el cuerpo.

En trabajos anteriores, los investigadores mostraron cómo ciertos mecanismos regulados por la vitamina D3 ayudaban a eliminar la proteína beta-amiloide, una proteína anormal que se encuentra en placas pegajosas que obstruyen un espacio clave para la comunicación entre las células cerebrales en las personas con Alzheimer.

En el presente estudio, se ha extendido lo que descubrieron acerca de la vitamina D3, y se ponen en relieve el papel del ácido graso omega 3 DHA (ácido docosahexanoico). Para su estudio, los investigadores aislaron las células inmunes de las muestras de sangre tomadas a pacientes con Alzheimer y la de voluntarios sanos, para su comparación. Las células inmunes en las que estaban interesados se conocen como macrófagos, y son las responsables de engullir los productos de desecho, como la proteína beta-amiloide, que de otra manera, podría llegar a tapar los espacios entre las células e interferir con la señalización sináptica de célula a célula.

Al final se encontró que tanto las formas activas de la vitamina D3 y el omega 3 DHA, mejoraron la capacidad de los macrófagos en las muestras de sangre de los pacientes con Alzheimer, para ayudarlos a absorber la proteína beta-amiloide. Además había una menor muerte celular, que normalmente es desencadenada por esta proteína.

Una de las principales aportaciones de este nuevo estudio es que se muestran las diferencias fundamentales que existen entre los macrófagos de los pacientes con Alzheimer y los de una persona sin el padecimiento. Es posible que una ingesta insuficiente de los nutrientes esenciales o la capacidad del cuerpo para usarlos, esté relacionada con estas diferencias.

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