Científicos logran trasplantar un riñón producido en un laboratorio

Trasplante organos
Vivir en un mundo en el que nadie muera debido a la espera de un órgano, podría ser una realidad gracias a los pasos importantes que algunos investigadores de Harvard han dado. Y es que el crecimiento de un órgano en los laboratorios es una práctica común, pero trasplantarlo a un animal y demostrar que funciona, es algo completamente diferente.

Ellos lo lograron con un riñón que habían hecho crecer para luego trasplantarlo en un ratón. Aunque dicen que su método tiene el potencial de utilizarse con todo tipo de órganos. El primer paso de este procedimiento es tomar un riñón de rata donante y usar un detergente para lavar sus células funcionales. Dejando sólo la matriz extracelular, como una estructura que conserva la arquitectura tridimensional subyacente de los dos riñones.

Después se colocan células de los vasos renales y sangre, tomados de ratas recién nacidas, usando presión generada a partir de un vacío para mover las células a las áreas adecuadas. Este órgano sembrado, se coloca a continuación en un biorreactor para permitir que las células crezcan, formando un riñón sano y funcional.

Para evaluar su funcionamiento, trasplantaron el riñón a una rata viva, comparando su eficiencia con la de un riñón obtenido de una rata muerta (tal y como se obtendría a través de una donación). En comparación con el riñón donado, el riñón cultivado se quedó corto. No fue capaz de procesar sustancias tan bien como el riñón de la rata muerta. A pesar de esto, era capaz de producir orina.

Los investigadores creen que dejar al riñón durante más tiempo en el biorreactor, podría ayudar a mejorar su rendimiento. Esta tecnología puede aplicarse a cualquier tejido, o cualquier órgano que pueda ser perfundido por su propio sistema vascular.

Si este proyecto llega a perfeccionarse, el problema por el que pasan casi un millón de personas en los Estados Unidos, que se encuentran a la espera de un trasplante de riñón, podría encontrar una respuesta, ya que en la actualidad no hay manera de restaurar un riñón. Y aunque la hemodiálisis es el tratamiento más común en los casos de enfermedad renal en etapa terminal, sobre el paciente pesan otras complicaciones como el tiempo perdido, los límites a la cantidad de líquido que pueden beber, sin mencionar que su nivel de energía disminuye considerablemente.

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