¿Sabes cuáles son los efectos del acoso cibernético en las víctimas?

Ciberbullying acoso 03
Cualquier tipo de acoso puede hacer que una persona se sienta herida, molesta consigo misma, impotente, aislada etc. También puede dar lugar a problemas como la depresión, ansiedad y una baja autoestima.

En muchos casos el acoso cibernético puede ser aún más doloroso que la intimidación frente a frente debido a que: el acoso cibernético puede ocurrir en cualquier lugar, en cualquier momento, incluso en lugares donde las personas normalmente se se sienten seguras; como en su casa. Y en más de una ocasión, puede llegar de forma inesperada, haciendo parecer que no hay escape de las burlas o la humillación.

Una gran cantidad del acoso cibernético o cyberbullying puede hacerse anónimamente, por lo que es difícil saber quién lo está llevando a cabo. En consecuencia, las víctimas pueden sentirse aún más amenazadas y lograr que los agresores sean más desafiantes, ya que creen que el anonimato en línea significa que son menos propensos a ser atrapados. Esto hace que vayan más allá en sus acosos y burlas de lo que podrían hacerlo cara a cara.

Potencialmente, el acoso puede ser presenciado por miles de personas. Los correos electrónicos pueden ser enviados a cientos de personas, mientras que los mensajes de redes sociales o comentarios web a menudo pueden ser vistos por cualquier persona. Mientras mayor alcance tenga el acoso, también se torna más humillante la intimidación.

Cuando una persona es blanco de acosadores cibernéticos, es importante no responder a ningún mensaje, sin importar lo doloroso o falso que éste sea. Responder sólo hará que empeore la situación (y provocar una reacción es exactamente lo que los acosadores quieren), así que no deben darles la satisfacción a ellos.

También es importante no buscar venganza contra un intimidador, esto sólo logrará que uno mismo se convierta también en un acosador cibernético. Hacer esto -una vez más- sólo empeorará el problema y podría dar lugar a graves consecuencias legales. La regla de oro es: ‘Si no lo dirías en persona, no lo digas en línea’.

kostleige.com

Entradas relacionadas