La dieta de una mujer durante el embarazo podría determinar si su hijo tendrá autismo. Al menos esto es lo que un estudio realizado en Noruega sugiere.
Las mujeres que tomaron suplementos de ácido fólico (una variante de la vitamina B que se encuentra en vegetales y hojas verdes, guisantes, frutos secos y otros alimentos) eran menos propensas a dar a luz a niños con trastornos del espectro autista. El estudio examinó la incidencia de autismo en más de ochenta y cinco mil niños nacidos en Noruega, entre 1999 y 2009. Los cuestionarios completados por las madres, indicaron la cantidad de ácido fólico que habían consumido en el mes antes de quedar embarazadas y durante las primeras ocho semanas de embarazo, el cual es un periodo crítico en el desarrollo del cerebro embrionario.
Un total de doscientos setenta niños desarrollaron un trastorno del espectro autista, estos representan más o menos el cero punto treinta y dos por ciento. En otras palabras, el autismo ocurrió en aproximadamente el uno por ciento de los niños.
Aún cuando los datos en bruto mostraron que las madres que no tomaron suplementos durante el embarazo tenían una probabilidad mayor de tener hijos con el trastorno -en comparación con las madres que tomaron ácido fólico-, los científicos consideraron otros factores que podrían ser determinantes, como los problemas de tabaquismo, si las mujeres eran madres por primera vez y el nivel de educación de las participantes.
Teniendo estos y otros factores en cuenta, los investigadores llegaron a la conclusión de que tomar ácido fólico sigue reduciendo el riesgo de autismo en al menos un treinta y nueve por ciento. Los datos también mostraron una menor probabilidad de tener un bebé con el síndrome de Asperger, aunque esta diferencia no fue estadísticamente significativa.
Los científicos del Instituto Noruego de Salud Pública, no están del todo seguros de saber por qué la ingesta de ácido fólico afecta que un niño nazca con autismo, pero creen que se debe a un buen funcionamiento de los procesos celulares básicos -como la replicación del ADN– que inclinan la balanza entre la formación normal o anormal de la red neuronal durante el periodo de desarrollo del cerebro.
La esperanza es que los médicos ayuden a las futuras madres a prevenir el autismo con ayuda del ácido fólico y sus suplementos, incluso si no tienen idea de cómo es que funciona.
