Los profesionales de la salud recomiendan fuertemente la aplicación de la vacuna para el virus del papiloma humano (VPH) -un virus que causa la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino- en las mujeres y niñas. Sin embargo, un estudio publicado en el diario de Pediatría sugiere que muchos padres están preocupados por la seguridad de dicha vacuna.
Los expertos dicen que esta postura es problemática, ya que la vacuna no está asociada con ningún efecto secundario negativo o grave. El VPH se manifiesta en más de cien cepas diferentes, algunas de las cuales producen verrugas genitales y anales. En muchas personas, el sistema inmunológico elimina el virus rápidamente del cuerpo. Sin embargo, en algunas mujeres las cepas del VPH persistentes pueden llegar a causar cáncer de cuello en el útero.
La recomendación de los médicos es que todas las mujeres entre once y doce años reciban la vacuna contra el VPH.
Los investigadores examinaron la Encuesta Nacional de Inmunización 2008-2010 en los Adolescentes para analizar por qué los padres no habían llevado a sus hijos a recibir las vacunas recomendadas, y para saber cómo han cambiado sus razones para no hacerlo a lo largo de los años. Se descubrió que los principales motivos de los padres cuyas hijas no recibieron la vacuna contra el VPH habían sido: cuestiones de seguridad y temor a los efectos secundarios; que las niñas no eran sexualmente activas o la vacuna no era apropiada para su edad, aunque sorprendentemente el costo de la vacuna no figuraba como un motivo de preocupación.
Los efectos secundarios que se han reportado por la aplicación de la vacuna contra el VPH, son los mismos que con otras vacunas: dolor en el sitio de la inyección, fiebre leve, mareos y en algunos casos desmayos. Por desgracia, sólo un tercio de las mujeres que son elegibles para tomar la vacuna y acceden a recibirla, tienen las tres dosis recomendadas. Los autores del estudio concluyeron que a pesar de las recomendaciones del médico, el rechazo parental a vacunar a sus hijos contra las enfermedades que son prevenibles, como el VPH, es una tendencia creciente y alarmante. Por lo que resulta imprescindible informar a los padres sobre la seguridad y eficacia de las campañas de inmunización.
