Para la mayoría de los adultos mayores, las dos cosas que pueden haber sido su mayor alegría (sus hijos y su profesión), ya no son una prioridad prevalente en su vida diaria. Las relaciones personales a menudo adquieren una mayor importancia, y el sexo puede ser una forma importante de conexión.
El sexo tiene la capacidad de mejorar la salud física y mental. El sexo puede quemar grasa, hacer que el cerebro libere endorfinas y reduce drásticamente la ansiedad. A través de los beneficios que tiene para la salud, una buena vida sexual puede agregar años a nuestra vida. También es una forma de consolidar y expresar cercanía en las relaciones. Sin mencionar que ayuda a enfrentar situaciones difíciles.
La independencia y autoconfianza que vienen con la edad, pueden ser muy atractivas para su pareja o sus parejas potenciales. Sin importar su género, algunas personas pueden sentirse mejor a los sesenta y dos o setenta y dos de lo que lo hicieron a los veinte años. A medida que se envejece es recomendable evitar los pensamientos relacionados con que todo es diferente. Si se ha disfrutado de una vida sexual activa en los años más jóvenes, no hay razón para frenar esto, a menos que la persona así lo desee.
Es natural que el cuerpo pase por varios cambios a medida que envejece. Con seguridad se verá y se sentirá diferente de cuando uno era más joven. Pero si las personas son capaces de aceptar estos cambios como algo natural y mantener la cabeza en alto, no sólo podrán comenzar a sentirse mejor, también serán más atractivos para los demás. La confianza y la honestidad cosechan el respeto de los demás y pueden ser una señal de encanto y simpatía.
Cabe mencionar que uno debe ser tan cuidadoso al sostener relaciones con una nueva pareja como cuando era joven, quizá ella no sea capaz de quedar embarazada, pero todos siguen siendo tan susceptibles como siempre a las enfermedades de transmisión sexual.
