El consumo de sucralosa podría afectar el metabolismo y promover la diabetes

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Los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington reportaron que el edulcorante artificial conocido como sucralosa o Splenda, es capaz de cambiar la respuesta del cuerpo a la insulina.

El estudio incluyó a diecisiete personas con obesidad severa que no consumen edulcorantes artificiales a menudo y que no habían sido diagnosticados con diabetes. Los resultados indicaron que este edulcorante artificial no es inerte, y sí tiene un efecto químicamente reactivo que debe ser estudiado más a fondo, con el objetivo de determinar si su uso a largo plazo resulta perjudicial para las personas.

Los participantes del estudio tenían un índice de masa corporal (IMC) por encima del umbral de la obesidad. Estos voluntarios recibieron agua o sucralosa para beberla antes de realizarles una prueba de tolerancia a la glucosa.

Los investigadores deseaban determinar si los niveles de azúcar en la sangre o los de insulina se veían afectados por la combinación de la sucralosa y la glucosa. Aunque el objetivo también consistía en demostrar si los edulcorantes -que son ampliamente recomendados para hacer más saludable la dieta de las personas con obesidad- podrían llegar a tener un efecto perjudicial. Cabe mencionar que los edulcorantes artificiales no ayudan necesariamente a reducir la ingesta de calorías.

Cuando los participantes del estudio bebieron sucralosa, su nivel de azúcar en la sangre alcanzó un punto muy alto, mucho mayor que el de las personas que sólo bebieron agua antes de consumir glucosa. Por otro lado, sus niveles de insulina también se incrementaron.

Sin embargo, la producción elevada y constante de insulina podría ser perjudicial para las personas, ya que su cuerpo podría generar resistencia a la misma, aumentando las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2.

El hallazgo reveló que los edulcorantes artificiales pueden afectar el metabolismo, incluso en dosis muy bajas. Esto se debe a que los receptores en la lengua reaccionan ante el sabor dulce, haciéndole creer al cuerpo que está consumiendo glucosa, permitiendo la liberación de hormonas como la insulina. Por esta razón, los científicos continuarán realizando estudios que ayuden a determinar cómo es que nuestros cuerpos podrán manejar estas sustancias a largo plazo.

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