Los investigadores de la Universidad de Princeton han dicho que el ejercicio físico reorganiza el cerebro humano para que responda mejor al estrés, así las funciones del cerebro se ven menos afectadas por la ansiedad.
En un experimento con animales, los autores encontraron que en los ratones físicamente activos, expuestos a varios factores de estrés, las neuronas en el hipocampo ventral, encargadas de apagar la emoción, se volvían mucho más activas. El hipocampo ventral es una región del cerebro que regula la ansiedad.
En teoría, el ejercicio debería dar lugar a más ansiedad y no menos. Sin embargo, este estudio encontró que la actividad física también mejora los mecanismos que impiden que estas neuronas se disparen. Desde una perspectiva evolutiva, el estudio también mostró cómo el cerebro puede ser sorprendentemente adaptable, ajustando sus procesos al entorno y estilo de vida de un organismo.
Las criaturas con peor condición física, por ejemplo, pueden beneficiarse más de un comportamiento ansioso. Después de todo, la ansiedad a menudo se manifiesta en la conducta de evitación, al evadir las situaciones potencialmente peligrosas, aumentaría también la probabilidad de supervivencia en el sujeto, sobre todo para los que son menos capaces de responder con una lucha o huida de reacción.
La comprensión de cómo el cerebro regula el comportamiento ansioso, podría dar pistas sobre las posibles formas de ayudar a las personas con trastornos de ansiedad. Y también nos dice algo sobre cómo el cerebro se modifica en sí para responder de manera óptima a su propio entorno.
