Científicos logran relacionar un tipo de felicidad con una mejor salud

Felicidad salud
Los investigadores han estudiado cómo es que la psicología positiva afecta la expresión de genes en los seres humanos. Para esto, un equipo de científicos de la Universidad de California, examinó el genoma humano a la luz de dos clasificaciones diferentes de felicidad:

El bienestar eudaimónico es un tipo de felicidad asociada con tener un profundo sentido de propósito y significado en la vida.

El bienestar hedónico es un tipo de felicidad asociada absolutamente con la autogratificación.

Para la investigación los científicos evaluaron a ochenta adultos sanos con ambos tipos de bienestar, y se tomaron en cuenta los posibles elementos psicológicos y de comportamiento negativos. Utilizando un perfil de expresión génica conocido como respuesta transcripcional conservada a la adversidad, se analizaron los efectos biológicos en uno u otro tipo de bienestar: hedónico y eudaimónico.

Este perfil de expresión es un cambio asociado con un aumento en la inflamación y una disminución de las actividades antivirales en los genes. Esta respuesta probablemente evolucionó para ayudar al sistema inmunológico a raíz de cambios en las pautas, como las amenazas microbianas, que llegan acompañadas de las cambiantes condiciones socio-ambientales, por ejemplo, los conflictos sociales o el contacto.

El estudio mostró que las personas que tenían altos niveles de bienestar eudaimónico, presentaban una baja expresión en sus niveles de genes inflamatorios y una fuerte expresión de genes antivirales y de anticuerpos. Por otro lado, en las personas con altos niveles de bienestar hedónico ocurría lo contrario. Dicho de otro modo, la activación crónica por amenazas sociales o simbólicas, puede promover la inflamación y causar problemas cardiovasculares u otras enfermedades degenerativas, poniendo en peligro nuestra resistencia a las infecciones virales. Esto plantea varias preguntas sobre la importancia de tener un sentido o dirección en la vida.

Cabe mencionar que este equipo ha estado estudiando cómo reacciona el genoma humano a la psicología negativa, como el estrés, la miseria o el miedo, durante los últimos diez años.

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