Un grupo de investigadores del Departamento de Medicina Genética del Colegio de Medicina Well Cornell, anunció hace tiempo una nueva vacuna contra la cocaína que ha sido probada con éxito en primates, lo que significa que los ensayos clínicos en humanos no están muy lejos de ocurrir.
Este hallazgo utiliza un estudio radiológico para mostrar que la vacuna contra la cocaína evita que la droga llegue al cerebro, y también previene la inducción de los altos niveles de dopamina. A decir de los científicos, esta vacuna devora la cocaína en la sangre como un pequeño Pac-Man antes de que pueda llegar al cerebro.
Se cree que esta estrategia podría ayudar a los cerca de uno punto cuatro millones de consumidores de cocaína que existen (tan sólo en los Estados Unidos) y que se han comprometido a romper su adicción con esta droga. De hecho, aún si la persona llegara a consumirla, la cocaína no tendría ningún efecto sobre ella.
La cocaína es una droga de moléculas pequeñas que provocan una sensación de placer. Bloqueando el reciclaje de la dopamina en dos regiones del cerebro: el putamen en el cerebro anterior y el núcleo caudado en el centro del cerebro. Después de que la dopamina se acumula en las terminaciones nerviosas, esto se traduce en una gran inundación (momento en que se manifiestan los efectos placenteros de la droga).
La vacuna es una combinación entre el virus del resfriado común y una partícula que actúa como la estructura de la cocaína. Después de recibir la vacuna, el cuerpo del sujeto reacciona ante el virus del resfriado común y produce una respuesta inmune para luchar contra él, así como el imitador de la cocaína al que está conectado.
De esta manera, el sistema inmune aprende a ver la cocaína como un intruso. Tan pronto como las células del sistema inmune se enteran de que la cocaína es un enemigo, a partir de entonces se producen los anticuerpos que luchan contra ella cuando entra al cuerpo.
Los investigadores todavía no están seguros de la frecuencia con la que esta vacuna debe administrarse en los seres humanos para mantener su efecto. Aunque sí saben que este compuesto dura alrededor de trece semanas en los ratones y siete semanas en los primates no humanos.
