Un nuevo estudio sugiere que una suave caricia puede ser la clave para sentirse a gusto con uno mismo. Los investigadores dicen que un toque de amor puede aumentar la capacidad del cerebro para construir un sentido de propiedad del cuerpo y a su vez, desempeñar un papel en la creación y mantenimiento de un sano sentido del yo.
Estos hallazgos provienen de un estudio realizado por investigadores británicos de la Universidad Hertfordshire.
El contacto afectivo, que se caracteriza por la lenta velocidad de estimulación táctil de la piel (entre uno y diez centímetros por segundo), se ha relacionado previamente con emociones agradables, capaces de mejorar los síntomas de la ansiedad, así como otros síntomas emocionales en ciertos grupos de adultos y niños.
Dicho de otro modo, puede tratarse de un gesto instintivo de una madre a un hijo, o entre dos personas dentro de una relación romántica. Todo esto puede tener repercusiones más duraderas para el bienestar mental de una persona.
La percepción del tacto afectivo en el cerebro es una de muchas señales interoceptivas (estímulos que surgen dentro del cuerpo) en el cerebro, que ayudan a controlar la homeostasis. El presente estudio provee una nueva evidencia para apoyar la idea actual de que las señales interoceptivas, como el tacto afectivo, juegan un papel importante en cómo el cerebro aprende a construir una imagen mental y la comprensión del cuerpo, lo que en última instancia, ayuda a crear un sentido coherente de sí mismo.
Por otro lado, la disminución de la sensibilidad hacia el conocimiento de las señales interoceptivas, como el tacto afectivo, se han relacionado con problemas de la imagen corporal, un dolor inexplicable, la anorexia nerviosa y la bulimia.
