Los investigadores del Instituto de la Mente, en la Universidad de California, afirman que los niños con autismo son de seis a ocho veces más propensos a sufrir trastornos gastrointestinales que los niños que se desarrollan normalmente.
Los científicos también dicen que los trastornos gastrointestinales; incluyendo el estreñimiento, la diarrea y la sensibilidad alimentaria, están relacionados a su vez con problemas de conducta, tales como irritabilidad, comportamiento repetitivo y el aislamiento social.
Hasta uno de cada ochenta y ocho niños estadounidenses son diagnosticados con un trastorno del espectro autista, que incluye el autismo, el síndrome de Asperger y el autismo atípico. Los centros para el control y la prevención de enfermedades dicen que los niños son más propensos a ser afectados por estos padecimientos que las niñas: uno de cada cincuenta y cuatro niños, contra una de cada doscientas cincuenta y dos niñas.
Los padres de los niños con autismo siempre han dicho que sus hijos sufren más problemas gastrointestinales, pero poco se sabe acerca de la verdadera prevalencia de estas complicaciones y sus causas subyacentes.
La presente investigación intenta comparar los problemas de estómago en los niños autistas con retraso en el desarrollo y aquellos con desarrollo normal. También es el primero en explorar la relación entre los trastornos del estómago y las conductas problemáticas.
Dicho de otro modo, los problemas gastrointestinales que experimentan pueden ser bidireccionales. Unos pueden crear problemas de conducta y los problemas de conducta pueden crear problemas gastrointestinales.
Los investigadores encontraron que los padres de niños autistas, eran entre seis y ocho veces más propensos a reportar sensibilidad a los alimentos, distensión abdominal, estreñimiento y diarrea que los padres de los niños que se desarrollan normalmente. También se observó que los niños con retrasos en el desarrollo sufrieron cinco veces más estreñimiento y eran mucho más propensos a reportar problemas para tragar.
De algún modo es lógico que al sufrir problemas gastrointestinales crónicos, con el dolor y las molestias asociadas, es menos probable que quieran participar socialmente. Este comportamiento se agrava en los niños que carecen de habilidades comunicativas y sociales. Los científicos señalan que la hiperactividad y los comportamientos repetitivos pueden ser mecanismos de supervivencia para las molestias físicas.
Los investigadores esperan que una mejor comprensión del impacto de los problemas gastrointestinales, conducirá a tratamientos del autismo más eficaces que no sólo disminuirán los trastornos gastrointestinales, también los comportamientos antisociales.
