Los investigadores del Centro Médico Montefiore, sugieren que los adolescentes con altos conocimientos sobre el VIH que se involucran en actividades sexuales de riesgo, no son más propensos a realizarse una prueba del VIH.
El estudio incluyó a casi mil adolescentes del Bronx y Nueva York, donde se encontró que los jóvenes más propensos a realizarse una prueba de VIH, tenían una pareja estable y mantenían una fuerte comunicación con su pareja sobre este tema.
Esta es la primera vez que trata de entenderse el papel que juegan las parejas en el comportamiento hacia las pruebas de diagnóstico de VIH.
A pesar de los esfuerzos para educar sobre los riesgos del VIH y el SIDA en las escuelas, es evidente que se necesita más para incitar a los adolescentes a hablar y dar el siguiente paso al realizarse la prueba.
Después de todo, la identificación temprana del VIH en adolescentes se asocia con mejores resultados de salud, por lo que es especialmente importante que los adolescentes de la escuela secundaria, sexualmente activos, se hagan una prueba.
Estos resultados ponen de relieve las oportunidades que tienen los proveedores de salud, para que puedan incluir una discusión sobre el estado de la prueba del VIH, al momento de asesorar a los adolescentes acerca de la prueba del VIH.
Los participantes recibieron veinticinco dólares para completar la encuesta y se obtuvo el permiso escrito de los padres.
