Los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades en Estados Unidos, estiman que alrededor del cuatro al seis por ciento de los niños en este país, sufren de alergias a los alimentos. Una alergia alimentaria grave, podría conducir a la anafilaxis (una reacción que provoca hinchazón y dificultad para respirar).
Aunque es una condición seria, un nuevo estudio sugiere que una persona tiene más probabilidades de ser asesinada que de morir a causa de una alergia alimentaria.
Las alergias alimentarias son cada vez más un problema de seguridad y de salud pública a nivel mundial. Y se cree que la prevalencia de estas alergias se incrementó un dieciocho por ciento entre 1997 y 2007.
Las reacciones a los alimentos comunes como la leche, los huevos, los crustáceos o mariscos, los cacahuetes y los frutos secos, se ha convertido en la causa más frecuente de anafilaxia. Pero un nuevo estudio realizado por los investigadores del Colegio Imperial de Londres en el Reino Unido, sugiere que las personas alérgicas, sus familiares y cuidadores, podrían estarse preocupando en exceso por el riesgo de muerte a causa de la condición.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron datos de trece estudios mundiales realizados entre 1946 y 2012. Los estudios detallan el número de casos de anafilaxia alimentaria fatales, dentro de un periodo de tiempo definido de la población, al igual que una tasa de prevalencia de las alergias alimentarias.
De estos, los investigadores encontraron un total de doscientos cuarenta episodios fatales de anafilaxia alimentaria, en aproximadamente ciento sesenta y cinco millones de personas con alergia alimentaria. Los investigadores calcularon que para cualquier persona con alergia a los alimentos, la posibilidad de morir a causa de una anafilaxia en un periodo de un año, es de uno punto ochenta y uno en un millón.
Para los jóvenes con alergias a los alimentos hasta la edad de diecinueve, los investigadores calcularon que la probabilidad de morir de anafilaxia fue de tres punto veinticinco en un millón. Al comparar estos riesgos con el de ser asesinado (once en un millón) o morir por causas accidentales (trescientos veinticuatro en un millón), ambas son significativamente mayores que el riesgo de una muerte por anafilaxia.
Es importante señalar que los científicos no pretenden menospreciar las preocupaciones de las personas con alergia a los alimentos. Por supuesto, deben seguir tomando las precauciones razonables. El objetivo es poner el riesgo en perspectiva, especialmente porque una persona preocupada gravemente por morir repentinamente a causa de una reacción alérgica grave, puede ver impactada su calidad de vida.
