De acuerdo con una investigación presentada por el Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología (CAAAI), los trasplantes de médula ósea no sólo podrán salvar la vida de los niños con leucemia linfocítica aguda, también podrán curar la alergia al maní.
El estudio informó que un niño de diez años de edad, ya no tenía alergia al maní después de someterse a un trasplante de médula ósea.
Es importante señalar que existe evidencia en la que los trasplantes de médula ósea o de hígado, pueden transferir la alergia al maní del donante al receptor. Sin embargo, la presente investigación encontró un caso raro en el que un trasplante parece haber curado al destinatario de su alergia.
A los quince meses de edad, los investigadores observaron que el niño había sido diagnosticado con una alergia al maní después de experimentar urticaria en todo el cuerpo y vómitos después de la ingestión de maní. A los diez años, se sometió a un trasplante de médula ósea para la leucemia, de un donante sin alergias conocidas. Poco después, el niño parecía no tener alergia al maní.
Los alergólogos confirmaron por una prueba de provocación oral -que sólo debe hacerse en el consultorio de un alergista- donde el niño se comió un poco de maní y no mostró ninguna reacción alérgica. Este caso indica que la modificación genética durante las primeras etapas de desarrollo de células inmunes en la médula ósea, puede jugar un papel importante en las causas de una alergia.
La alergia al maní es uno de los tipos más comunes de alergias alimentarias, y afecta a cuatrocientos mil niños tan sólo en Estados Unidos. A diferencia de la alergia a la leche o a la soya, la alergia al maní tiende a durar toda la vida.
Es importante señalar que los niños con alergia al maní deben llevar siempre consigo epinefrina prescrita. Incluso si uno de los padres piensa que sus hijos ya no puede tener una alergia, un alergista certificado debe realizar las pruebas apropiadas para confirmar si el pequeño continúa siendo sensible a algún alergeno específico.
