Los medicamentos modernos son eficaces para controlar y detener la progresión de la leishmaniasis. Además, algunos proyectos ambientales se están llevando a cabo en locaciones específicas, para tratar de reducir al mínimo el número de mosquitos, su capacidad para reproducirse y su acceso a la carne humana. En lo que se refiere a productos farmacéuticos, la leishmaniasis visceral, puede tratarse con anfotericina B liposomal (un antifúngico), una combinación de antimoniales pentavalentes, paromomicina (un antibiótico) y la miltefosina (un antimicrobiano). Para la leishmaniasis cutánea, normalmente se utiliza la paromomicina, el fluconazol…
Descubre cuáles son los tratamientos usados contra la leishmaniasis
