Sabemos que la edad aumenta el riesgo de sufrir una serie de enfermedades como el cáncer y provoca la disminución de la visión, la audición, las canas y la piel apergaminada. Pero los científicos no saben qué proceso biológico provoca esos cambios.
Sin embargo, un estudio de la Universidad del Sur de California encontró un sistema para calcular la edad de una célula midiendo su metilación, una modificación química que afecta a ciertas partes del ADN y funciona como una suerte de reloj biológico.
Usando este sistema, cualquier pieza de tejido puede identificarse con la edad biológica de su fuente humana. De hecho, es sorprendente que se pueda desarrollar una herramienta predictiva fiable que exprese el tiempo a través de la anatomía humana.
La metilación aumenta con el tiempo, y los investigadores trazaron sus efectos en más de ocho mil muestras que representan cincuenta y un tipos de tejido. Con el tiempo perfeccionaron trescientos cincuenta y tres marcadores de metilación que están presentes en todo el cuerpo, demostrando que van casi a la par con la edad cronológica.
El hallazgo da a los científicos una manera de controlar los efectos del envejecimiento, y posiblemente de crear los tratamientos para retrasar la edad en las células de una persona. Sin embargo, el estudio no sugiere que la metilación en el ADN sea una de las causas del envejecimiento.
Por otro lado, la investigación apunta a una serie de variaciones sobre cómo envejecen las células. Por ejemplo, las células cancerosas parecen ser treinta y seis años más viejas que otras células. Y las células próximas a un tumor de cáncer de mama, parecían doce años más viejas que las células sanas.
El resultado está en sintonía con otros estudios que sugieren que la degradación del ADN provoca cáncer. El hallazgo de este reloj biológico podría ser de gran ayuda en la investigación de células madre, que podrían ser creadas en el laboratorio a partir de cero, restableciendo la edad de una célula y borrando esencialmente el proceso de envejecimiento.
