Parece que no existen límites para los usos de las papas: pueden hervirse, asar, machacarse y hasta freírse. Sin embargo, Boeing ha tomado esta versatilidad y la ha llevado un paso más allá, utilizando las papas para reemplazar personas. Por fortuna no se trata de un extraño experimento genético, han sido los ingenieros del laboratorio de pruebas y evaluaciones del fabricante de aviones Boeing, quienes afirman que los sacos de papas trabajan como un substituto para la gente, cuando se prueba el efecto del WiFi en la cabina de una aerolínea repleta de pasajeros.
Este programa lleva por nombre Personal Sintético Usando Substitución Dieléctrica (SPUDS por sus siglas en inglés), y tiene como propósito desarrollar una cobertura de WiFi mejor distribuida y más confiable en los aviones de pasajeros.
Después de todo, colocar una red de WiFi en un avión no es tan sencillo como enchufar un par de enrutadores. La cabina es un tubo de metal lleno de cables y aparatos electrónicos que pueden interferir con las señales de WiFi o viceversa. Peor aún, el cuerpo humano puede en algunos casos interferir con estas señales. Eso no importaría mucho para los sistemas de señal inalámbrica terrestres, pero en una cabina donde cientos de personas están hacinadas sin poder moverse, esto puede convertirse en un gran problema.
El método habitual para realizar estas pruebas, implica pedirle a un par de cientos de personas que permanezcan sentadas en el interior de un avión fuera de servicio durante dos semanas. Esto es costoso, aburrido y hace parecer que un vuelo económico de Nueva Jersey a Hong Kong, luzca como un paraíso.
Los ingenieros de Boeing descubrieron que las papas tienen las mismas propiedades eléctricas que las personas. Así que reemplazaron a doscientas personas por nueve toneladas de papas, ahorrándose tiempo y dinero, ya que las pruebas pueden hacerse en tan sólo diez horas.
