Nadie espera que los primeros signos de calvicie aparezcan, mucho menos durante la juventud. Sin embargo, existen nuevas pruebas de que la pérdida de cabello puede ser un presagio de un problema de salud más serio y digno de seguimiento por razones distintas a la vanidad.
Un grupo de investigadores dirigido por el Dr. Philippe Giraud, de la Universidad Descartes, en Francia, realizó un estudio que involucró a 669 hombres. Durante el estudio, se encontró que aquellos hombres que mostraban signos de pérdida de cabello de los veinte a los veintinueve años, tenían el doble de probabilidades de desarrollar cáncer de próstata durante el envejecimiento, en comparación con los hombres que no mostraban evidencia de calvicie hasta los treinta años.
Aunque el mecanismo exacto que vincula la pérdida de cabello y el cáncer de próstata no se conoce, los expertos sospechan que las hormonas masculinas conocidas como andrógenos, pueden desempeñar un papel importante para el desarrollo de ambas condiciones.
Los andrógenos -incluída la testosterona- son capaces de inhibir el crecimiento del cabello, también pueden provocar una expansión anormal de las células prostáticas. Una posible prueba de esta teoría es el fármaco finasterida o Propecia, que bloquea los efectos de los andrógenos, retrasando la caída del cabello y controlando el crecimiento de los tumores de próstata.
Los resultados del estudio sugieren que podría ser posible detectar el cáncer de próstata, antes de que los tumores se conviertan en un problema para el paciente. Después de todo, el cáncer de próstata es una enfermedad que se desarrolla gradualmente, durante un periodo de varios años.
Si la calvicie temprana es un factor de riesgo para el cáncer de próstata, entonces tendría sentido asesorar a los hombres que la padecen para que se sometan a exámenes más regulares que logren detectar cualquier anormalidad. Esto no significa que todos los hombres que comienzan a encontrar más cabellos sobre la almohada estén en peligro de padecer cáncer, aún es necesaria una investigación más grande que pueda sugerir un vínculo entre el patrón de pérdida de cabello y el riesgo de padecerlo.
