En más de una ocasión tendemos a pensar que existen vías fáciles para tener una buena salud.
Quizá ahora es el momento de confesar que hemos llegado a creer que el dinero puede comprarla, o que los avances de la tecnología en el campo de la medicina regenerativa, nos salvarán algún día de los malos hábitos de alimentación y la falta de ejercicio. Sin embargo, estos avances milagrosos que prometen curar todo, desde enfermedades cardiovasculares hasta enfermedades autoinmunes, aún están lejos de perfeccionarse.
El único camino probado para extender la longevidad por décadas es evitar una mala alimentación y los hábitos que puedan conducirnos a todo tipo de enfermedades relacionadas con el abuso de alguna sustancia, como el alcohol o los cigarrillos.
No es un secreto que vive más un hombre que ejercita su corazón que aquel que tiene arterias nuevas en él. O que la vida es más sencilla cuando nos centramos en pensar acerca del bienestar y no en las enfermedades. Quizá el secreto para una vida más y más larga es algo que debemos ganarnos todos los días, sin esperar a que se materialice una solución. Después de todo, si la clave para acceder a una larga existencia fuera llevar un estilo de vida que incluya buenos hábitos alimenticios, rutinas moderadas de ejercicio y fortalecer los lazos afectivos con las personas que nos rodean, entonces cualquiera podría aspirar a obtenerla.
