El síndrome del nido vacío no es un diagnóstico clínico como tal, este síndrome es un fenómeno en el que los padres experimentan sentimientos de tristeza y pérdida cuando el último hijo se va de casa.
A pesar de que los padres puedan alentar de manera activa a sus hijos para que sean independientes, la experiencia de ‘dejar ir’ puede ser muy dolorosa y afectar a los padres durante esa transición. Esto suele ser causado por la costumbre de la compañía constante, así como la preocupación por la seguridad de los hijos, y los pensamientos relacionados a si son o no capaces para cuidarse por sí mismos.
Esto puede ocurrir sin importar que el último hijo haya permanecido por mucho o poco tiempo en casa de sus padres. El factor principal es el vínculo con los hijos y cuando la identificación con el papel de padres es muy fuerte.
En el pasado, la investigación sugería que los padres que padecen el síndrome del nido vacío, experimentan una profunda sensación de pérdida que puede hacerlos vulnerables a problemas de salud, como la depresión, el alcoholismo, las crisis personales y estrés, así como a desarrollar problemas dentro del matrimonio.
Sin embargo, algunos estudios recientes sugieren que un nido vacío también puede proporcionar a los padres muchos beneficios. Cuando los hijos se van de casa, los padres tienen una nueva oportunidad para renovar los vínculos entre ellos, mejorar la calidad de su matrimonio y retomar el interés en actividades para las que antes no habrían tenido tiempo.
