Cuando una persona está experimentando estrés y sentimientos de pérdida debido al síndrome del nido vacío, es recomendable que tome ciertas medidas.
Evitar las comparaciones entre el nuevo ritmo de vida de los hijos con el de la experiencia personal es una de ellas. Después de todo, existen muchas diferencias y factores que harán muy distinto el desarrollo personal de los hijos. En su lugar, los padres pueden centrarse en ayudar y enseñarles a sus hijos a tener éxito en sus actividades diarias cuando deban abandonar la casa.
Mantener el contacto es esencial, la tecnología nos permite mantener la comunicación a través de llamadas telefónicas, correos electrónicos y conferencias en línea. Las visitas no están descartadas, sin embargo, es importante no hacerlo todo de manera excesiva; respetar el espacio y la privacidad de los hijos es algo fundamental.
Si las dificultades para hacer frente a un nido vacío comienzan a sobrepasar la capacidad de los padres para manejarlo. El apoyo de los seres queridos y otros contactos cercanos podría ayudar, compartir los sentimientos es una forma de aligerar la carga emocional. En los casos más extremos, debe consultarse a un médico o un profesional.
Mostrar una actitud positiva resulta de gran ayuda, al final del día, el tiempo y la energía que antes se enfocaba en el cuidado de los hijos, ahora puede concentrarse en el matrimonio y en los intereses personales. Además, los padres siempre podrán apoyar a sus hijos a adaptarse a un cambio de vida tan importante como el de buscar su independencia.
Si su último hijo está a punto de salir de casa y siente preocupación por el síndrome del nido vacío, busque nuevas oportunidades en su vida personal y profesional. Mantenerse ocupado, asumir nuevos retos, todo eso puede ayudar a aliviar la sensación de pérdida que la partida de un hijo puede causar.
