Para contestar a esta pregunta, es necesario conocer la diferencia entre un signo y un síntoma. Un síntoma es algo que el paciente siente y describe, por ejemplo, un dolor de cabeza o mareos, mientras que un signo es algo que los demás pueden detectar a simple vista, como erupciones en la piel o enrojecimiento.
En un gran número de pacientes, la gripe aviar causada por el virus H5N1 se desarrolla de una forma particularmente agresiva. Su período de incubación es de dos a ocho días más largo que el de una gripe normal (de dos a tres días), e incluso se han presentado casos en los que este período puede durar hasta diecisiete días.
Es importante considerar que muchos de los signos y síntomas de la gripe aviar, son exactamente iguales que los de una gripe común o estacional y van desde una tos ligeramente seca, una fiebre alta, dolor en huesos, articulaciones y músculos, nariz tapada, dolor de pecho, sudor frío, fatiga, dolor de cabeza, pérdida de apetito, secreción nasal y dificultades para dormir, hasta malestar estomacal, sangrado de encías, dificultad para respirar y voz ronca.
Los pacientes con gripe aviar tienden a deteriorarse rápidamente, lo que resulta en varias complicaciones como la neumonía, una falla múltiple de órganos y en el peor de los casos, la muerte. Un médico será capaz de diagnosticar esta enfermedad de acuerdo a la naturaleza de sus signos y síntomas. También realizará un pequeño interrogatorio para saber si el paciente ha realizado algún viaje recientemente o si ha tenido contacto con aves.
La gripe aviar necesita de un diagnóstico temprano, por esta razón resulta ideal detectarla al menos dentro de los primeros cuatro días en que los síntomas aparecen.
