Nuevas investigaciones realizadas en los Estados Unidos, sugieren la posibilidad de impulsar una proteína antitumoral que se encuentra de manera natural en nuestro sistema inmunológico, con el objetivo de mejorar la eficacia de los tratamientos de varios tipos de cáncer, en especial de aquellos que se encuentran en una etapa muy avanzada y son difíciles de tratar.
Una de las muchas tareas rutinarias que el sistema inmunitario realiza, es la de localizar y destruir células malignas que pueden convertirse en tumores cancerosos. Dicho de otro modo, el sistema inmune busca células malignas que no se comportan normalmente y las marca para un proceso de supresión tumoral que incluye una proteína natural llamada TRAIL (factor de necrosis tumoral recombinante ligado al factor inductor de apoptosis) que desencadena la muerte celular o apoptosis.
Por desgracia, una vez que el cáncer progresa, el sistema inmune pierde esta capacidad de suprimir tumores, por lo que las células malignas continúan creciendo sin control, permitiendo que los tumores se extiendan.
El estudio se llevó a cabo en un Instituto de Investigación del cáncer ubicado en Pensilvania; allí los investigadores están tratando de buscar nuevas formas de combatir el cáncer, y están cada vez más interesados en la vía del ‘suicidio celular’, cuyo principal atractivo, además de ser un proceso natural existente, es que resulta ser una forma limpia para eliminar las células cancerosas.
Una vez que las células han comenzado el proceso de muerte, sus membranas cambian para ser recogidas posteriormente por los macrófagos, que son los recolectores de desecho del sistema inmune; estos absorben la célula entera sin dejar residuos. Otras maneras de eliminar a las células cancerosas tienden a dejar trozos de desechos de células en el microambiente del tumor, lo que puede desembocar en una respuesta inflamatoria y causar daños al tejido.
Se han hecho varios intentos para duplicar la capacidad de la proteína TRAIL, con la intención de seleccionar sólo las células cancerosas y hacer que se supriman a sí mismas. Sin embargo, mientras que el uso de esta proteína es seguro, hay algunos problemas prácticos; por un lado la proteína es inestable y cara como medicamento, por otro lado, es posible que tampoco llegue a distribuirse fácilmente por todo el cuerpo, especialmente cuando los tumores se encuentran en el cerebro.
El el estudio, se describe cómo identificar un compuesto llamado TIC10, que es la abreviatura de Compuesto Inductor 10 de TRAIL. Éste parece ser capaz de aumentar la capacidad de supresión tumoral natural de la proteína. Usado en ratones, se probó la capacidad de este compuesto para impulsar la supresión de tumores, tanto en el tejido normal, como en el cerebro.
Este compuesto orgánico, se une a la proteína y cambia su comportamiento, estimulándola para matar células malignas tanto en los tumores como en el tejido normal. De completarse la investigación, el fármaco resultante podría no ser tóxico para las células normales. A pesar de esto, los investigadores dicen que aún queda trabajo por hacer para satisfacer los requisitos de la FDA antes de que los ensayos clínicos puedan iniciar.
