Para detener el ciclo de atracones y purgas que caracteriza a la bulimia, es importante buscar ayuda profesional muy pronto, seguir con el tratamiento y resolver los problemas emocionales subyacentes que causaron la bulimia en primer lugar.
Debido a una mala imagen corporal y a una autoestima baja, la terapia es una parte importante de la recuperación, ya que los terapeutas pueden ayudar a superar estos sentimientos. El tratamiento utilizado normalmente para la bulimia, es la terapia cognitivo-conductual. Esta terapia se centra en los comportamientos alimenticios poco saludables de la bulimia y los pensamientos poco realistas y negativos que los alimentan.
La primera fase del tratamiento de la bulimia se centra en detener el círculo vicioso de los atracones y las purgas, para poder restaurar los patrones normales de alimentación. Se aprende a controlar los hábitos alimenticios, evitar las situaciones que desencadenan los atracones, a lidiar con el estrés de maneras que no impliquen el consumo de comida, a comer con regularidad para reducir los antojos de alimentos y a luchar contra el impulso de purgar.
La segunda fase del tratamiento se centra en identificar y cambiar las creencias disfuncionales sobre el peso, la dieta y la forma del cuerpo. Explorar las actitudes de la persona acerca de la comida y repensar la idea de que la autoestima se basa en el peso.
La fase final del tratamiento de la bulimia consiste en abordar las cuestiones emocionales que causaron el trastorno en primer lugar. La terapia puede enfocarse en los problemas de relación, la ansiedad, la depresión subyacente, la baja autoestima y los sentimientos de aislamiento y soledad.
La recuperación es algo que está al alcance. Con el tratamiento adecuado, estrategias inteligentes diseñadas por un especialista y algo de voluntad, cualquiera puede superar la bulimia y ganar nuevamente la confianza en sí mismo.
