Una de las características críticas de la psoriasis es la inflamación crónica, una condición que también se observa en las personas con resistencia a la insulina, obesidad, enfermedades cardiovasculares o con niveles anormales de colesterol.
Por esta razón, y debido a que cada vez existe una mayor evidencia que vincula la psoriasis con otras enfermedades graves, la Academia Americana de Dermatología ha comenzado a instar a los pacientes con este padecimiento a estar más conscientes de su salud y llevar un monitoreo constante de la misma, para detectar cualquier signo de alguna enfermedad distinta.
Tan solo en los Estados Unidos hay cerca de siete millones de personas con psoriasis, sin mencionar que alrededor de tres millones de personas nunca han sido diagnosticadas. Se cree que esta condición crónica de la piel es causada por una combinación de genes, por el sistema inmunológico y el medio ambiente. Puede afectar al cuero cabelludo, los codos o presentarse en todo el cuerpo.
Cuando surge, la psoriasis comienza a formar placas enrojecidas y escamosas sobre la piel, mismas que pueden causar picazón, agrietarse y sangrar. La enfermedad es dolorosa y puede causar desfiguraciones o discapacidad. Aproximadamente el veinte por ciento de los casos es tan grave que ninguna cantidad de cremas y ungüentos son capaces de controlarla.
La enfermedad puede aparecer a cualquier edad pero generalmente se inicia a los veinte o treinta años. Alrededor del cuarenta por ciento de las personas con psoriasis tienen antecedentes familiares de la enfermedad. Cerca del diez por ciento de los pacientes desarrollan artritis a causa del padecimiento, y en la mayoría de los casos, la condición de la piel aparece antes de la artritis.
Según el doctor Joel Gelfand, profesor asistente de dermatología y epidemiología de la Escuela de Medicina Perelman en la Universidad de Pensilvania, existen nuevas técnicas que analizan los diferentes tipos de colesterol, que sugieren que las personas con psoriasis tienen algo en común con las personas que padecen diabetes, y es que sus partículas de colesterol malo, son más pequeñas y más densas. Dichas partículas son más propensas a causar que las arterias se vuelvan rígidas, lo que aumenta el riesgo de un ataque cardíaco.
Los casos donde la psoriasis afecta una mayor superficie del cuerpo, hace que los pacientes sean más propensos a tener síndromes metabólicos, tales como la obesidad, el aumento de los triglicéridos, presión arterial alta y elevados niveles de glucosa en la sangre, que en conjunto elevan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes.
