La Organización Mundial de la Salud comenzó recientemente a incrementar la sensibilización sobre los riesgos que vienen con una presión arterial alta. Y con esto también se incluyó la recomendación para que los especialistas de la salud, realicen revisiones de rutina para evaluar mejor la condición de las personas con psoriasis.
La psoriasis por sí misma no es crítica, es una enfermedad inflamatoria, no transmisible que afecta a más de ciento veinticinco millones de personas a nivel internacional. Las personas con psoriasis saben que tienen un riesgo elevado de desarrollar graves trastornos como la diabetes, la artritis psoriásica, depresión e incluso tendencias suicidas. Además, la psoriasis está ligada a una mayor incidencia de hipertensión -un factor de riesgo grave para la enfermedad cardiovascular.
Hay estudios que indican que un tratamiento temprano y eficiente de la psoriasis, disminuye el riesgo de enfermedades concomitantes, como la presión arterial alta, y esto debe tomarse en cuenta para desarrollar un régimen adecuado para el tratamiento de las personas con el padecimiento. Después de todo, los problemas asociados con la presión arterial alta causan más de nueve millones de muertes al año en todo el mundo y afecta a uno de cada tres adultos según la OMS. Es importante recordar que la presión arterial alta también está relacionada con varios factores de riesgo conductuales que incluyen: el consumo excesivo de alcohol, la inactividad física y el consumo de sal.
Los investigadores señalan que la hipertensión, las enfermedades inflamatorias y otras condiciones genéticas son algunos factores que no se pueden evitar, sin embargo, resulta esencial tratar de minimizar estos casos tratándolos, para disminuir las posibilidades de desarrollar complicaciones.
