Cuando algún miembro de la familia padece hemofilia, es importante seguir algunos consejos para poder lidiar mejor con los posibles accidentes o emergencias que puedan surgir.
Después de algún accidente, la mejor forma de ayudar al personal médico es obteniendo un brazalete de alerta médica, donde pueda leerse claramente que la persona padece algún tipo de trastorno de coagulación y qué tipo de factor de coagulación es mejor en caso de una emergencia. Si la persona que padece esta enfermedad es un menor de edad, es necesario enseñarle la importancia de usarlo en todo momento.
Existen varios centros de tratamiento para la hemofilia en cada país. Esto centros ofrecen servicios de apoyo, que incluyen la orientación necesaria para el paciente y los miembros de la familia. Un gran número de expertos en estos centros pueden trabajar con usted y su médico de familia ayudándoles a crear un plan personalizado para el manejo de la enfermedad. Pregunte a su médico por estos centros de control.
Si su hijo tiene hemofilia, es posible que existan varias preocupaciones. Para asegurarse de encontrar un equilibrio adecuado entre mantener a su hijo seguro y fomentar la actividad normal, tanto como sea posible, un trabajador social o terapeuta con conocimientos sobre hemofilia puede ayudarle a lidiar con sus preocupaciones e identificar las limitaciones mínimas necesarias para su hijo.
Comunicarle a las personas responsables del cuidado de su hijo sobre su condición resulta esencial. Así los profesores y entrenadores podrán organizar mejor sus actividades y determinarán cuáles son los deportes adecuados que pueden practicarse.
