Cuando un adolescente está deprimido, tiende a pensar que sus padres simplemente no lo entenderán. La verdad es que los padres odian ver a sus hijos sufriendo, y pueden sentirse frustrados porque no entienden lo que está pasando con su hijo o no saben cómo ayudarlo.
Muchos padres no saben lo suficiente acerca de la depresión como para reconocerla en sus propios hijos. No hay motivos para avergonzarse de esto. Además, en el mejor de los casos, saber que sus hijos están deprimidos los motivará a conseguir la ayuda que necesitan.
Ahora bien, cuando los padres son abusivos en cualquier forma o tienen sus propios problemas, haciendo imposible que puedan cuidar de otras personas, es recomendable buscar a un adulto de confianza. Esta persona puede ayudar al adolescente a acercarse a sus padres o dirigirlo al apoyo que necesita.
Después de todo, pedir ayuda es la cosa más valiente que una persona con depresión puede hacer, y es el primer paso en su camino a sentirse mejor. Es importante recordar que todo el mundo lucha con sentimientos como estos en un momento u otro. Esto no significa que uno sea débil o que no es bueno. No importa lo que uno llegue a sentir, siempre existe una persona que se preocupa por nuestro bienestar.
Sólo debemos recordar que es muy útil compartir nuestras preocupaciones con alguien que nos escuche y se preocupe por nosotros.
