Algunas cosas pueden ir mal cuando hablamos de los testículos. Pero no es algo para alarmarse, después de todo, mientras algunas condiciones que los afectan son graves, la mayoría no lo son. Así que la obsesión o miedo sin motivo no son deseables. Lo esencial es conocer muy bien la forma en que los testículos se sienten normalmente, sólo así podremos percatarnos de cualquier cambio y buscar asesoría si es necesario.
Los signos que debemos tener en cuenta al buscar alguna anormalidad son:
La aparición repentina de un bulto en alguno o ambos testículos; dolor o sensibilidad en cualquiera de ellos; la salida de pus, o sangre por el pene al momento de orinar o eyacular; la acumulación de líquido dentro del escroto, una sensación de pesadez o incomodidad en la ingle o el escroto; el agrandamiento de los senos, con o sin sensibilidad y un aumento notable en el tamaño o la forma de alguno de los dos testículos.
La revisión de los testículos debe ser mensual y puede hacerse durante o después de un baño caliente prolongado, ya que la temperatura suaviza la piel del escroto, haciéndolos más fáciles de explorar. Es importante tomar en cuenta que uno de los testículos siempre es un poco más grande o puede encontrarse un poco más abajo que el otro.
Al examinarlos, puede hacerse con ambas manos, buscando cualquier bulto o hinchazón. Cada testículo debe sentirse suave y sin protuberancias, a excepción del conducto que transporta los espermatozoides en la parte superior y posterior del mismo. Este lugar normalmente está lleno de pequeñas protuberancias.
El cáncer de testículo representa sólo el uno por ciento de todos los cánceres en los hombres, pero es el tipo de cáncer más común entre los varones de quince a cuarenta y cuatro años, tan sólo en el Reino Unido, por ello lanzaron recientemente esta agresiva campaña:
Aunque el cáncer testicular es poco frecuente, no es nada raro encontrar un bulto en los testículos, debe tomarse en cuenta que hay muchas condiciones que pueden confundirse fácilmente con el cáncer testicular, y la mayoría de ellas no representa nada tan grave.
Si al realizar un autoexamen nos encontramos con alguna protuberancia irregular o cualquier otro síntoma sospechoso, se recomienda acudir al médico para un examen más detenido.
