Según los investigadores de la Universidad de Edimburgo, muchas personas pueden heredar condiciones como la obesidad de su propio abuelo o abuela.
De hecho, la obesidad materna durante el embarazo se ha asociado con un mayor riesgo de obesidad y de enfermedades cardiometabólicas en los hijos. Los científicos atribuyen este fenómeno a una programación del desarrollo o epigenética.
Añadieron que los efectos de programación pueden ser transmitidos por generaciones a través de la herencia, tanto paterna como materna. Aunque nadie está seguro de cuál es el mecanismo que está detrás de todo esto.
Cabe mencionar, que se han realizado muchos estudios que demuestran la existencia de un vínculo entre la obesidad materna y las enfermedades relacionadas con la misma (como la diabetes), en su descendencia. Para comprobarlo, los investigadores trabajaron con ratones de laboratorio, a los que se les programó una dieta para elevar su peso y observar el metabolismo en sus crías.
El equipo encontró que las condiciones asociadas a la obesidad podrían saltarse una generación, dejando a la primera generación de hembras -moderadamente obesas- aparentemente sanas. En cambio, la siguiente generación se encontró más propensa a sufrir de obesidad, hipertensión, diabetes tipo 2, colesterol alto e hiperlipidemia (niveles altos de grasa en la sangre). Si esto fuera cierto, habría una nueva evidencia de que nuestro estilo de vida, podría tener un impacto en los genes de nuestros hijos y nuestros nietos. Afectando a las futuras generaciones.
