Aunque podría resultar sorprendente saber que estar en el hospital puede hacer que una persona se enferme, es algo muy cierto. Tan sólo en Estados Unidos, una de cada veinte personas ingresadas en un hospital terminará con una infección de salud adquirida.
Por si fuera poco, cien mil de esas personas mueren a causa de estas infecciones al año. Y una de las claves para reducir la incidencia de este problema, además de mantener limpias las instalaciones, es conseguir que los profesionales sanitarios se laven las manos frecuentemente y a fondo. Por esta razón se diseñó un brazalete llamado intelligentM.
Si bien hay una serie de nuevas tecnologías diseñadas para hacer frente al problema de la higiene en las manos. También se ha descubierto que las personas tienden a prestar mayor atención en el lavado de manos cuando saben que están siendo observadas. Sin embargo, resulta imposible designar un observador que esté en todo lugar y momento dentro de los hospitales.
El funcionamiento del intelligentM es sencillo: el brazalete es usado por los médicos, las enfermeras, los técnicos y otros miembros del personal que regularmente entran en contacto con los pacientes. En el interior del dispositivo hay un microprocesador con un acelerómetro equipado, capaz de reconocer los movimientos asociados con el lavado de manos y la aplicación de desinfectante para las manos.
intelligentM se comunica con las etiquetas RFID que se encuentran en cada ubicación donde se requiere lavado o desinfección. Si el usuario no hace estas cosas en la forma adecuada y la cantidad de tiempo necesaria, la pulsera sonará tres veces para notificarlo. En cambio, vibrará una sola vez si lo han hecho correctamente. Además puede mantener un registro de las infracciones.
Posteriomente, el personal administrativo puede comprobar las estadísticas de los empleados en forma grupal o individual, para saber si han sido diligentes con su higiene.
