Conoce los peligros que representa la práctica de lamer los ojos

Lamer ojos oculolinctus
Existe un fetichismo llamado ‘oculolinctus‘ y consiste en lamer los ojos de otra persona. Esto se ha convertido en una forma popular de expresar afecto o incitar a la excitación sexual en Japón. Sin embargo, los médicos advierten que está vinculado a un riesgo grave de conjuntivitis virales y otras infecciones en los ojos, que podrían llegar a la ceguera.

Según el sitio web japonés Naver Matome, la locura por el oculolinctus en el país ha producido un aumento significativo en los casos de infección en los ojos. Naver Matome informó por primera vez sobre el hábito de lamer los ojos, cuando se dio cuenta de que muchos niños entraban a clase usando parches en los ojos. Al parecer, un tercio de todos los niños de doce años de edad, en esa escuela, habían practicado el oculolinctus.

De acuerdo con un diario británico, esta tendencia se había inspirado en un video musical creado por la banda ‘emo’ japonesa “Born”. Cuando la lengua hace contacto con el ojo, está expuesta a todo tipo de infecciones y lesiones oculares.

La realidad es que nada bueno puede salir de esto respecto a nuestra salud. Hay crestas en la lengua que pueden causar una abrasión corneal, y si una persona no ha lavado su boca, podría poner ácidos cítricos o especias en el ojo. Por si fuera poco, existe un grave riesgo de transmitir el virus del herpes labial al lamer los ojos.

Cabe mencionar que las bacterias de la boca no se parecen en nada a las bacterias de los ojos. Por esta razón no se recomienda que las personas usen saliva para humedecer sus lentes de contacto. Si la persona que está lamiendo sufre de halitosis, es probable que tenga un gran número de bacterias dañinas. El globo ocular posee una membrana absorbente y el riesgo de infección es considerable cuando permitimos que otra persona lo toque con su lengua.

Este sólo es un caso más de las tendencias que han logrado ponerse de moda a través de los videos en Internet. ‘El reto de la canela‘ es un ejemplo más de los peligros que los jóvenes están dispuestos a correr sólo por la curiosidad.

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