Descubre un poco más sobre el ‘mobbing’ o acoso laboral

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Un estudio realizado en la Universidad Estatal de Michigan, encontró que las personas ‘poco atractivas’ o desagradables, se encuentran en un mayor riesgo de ser acosadas por sus compañeros de trabajo.

A pesar de que a muchos profesionales les gusta creer que actúan de forma madura en su trabajo, éste en realidad puede llegar a ser como la escuela primaria en muchas maneras. Este es el primer estudio en su tipo para identificar la relación entre el atractivo visual y la intimidación en el lugar de trabajo.

Para lograrlo, los investigadores encuestaron a un total de ciento catorce personas que trabajaban en un centro de atención para la salud, en el sureste de Estados Unidos. A todos les hicieron varias preguntas para descubrir si alguna vez sus compañeros de trabajo se habían burlado de ellos, o si fueron intimidados en su lugar de trabajo.

Se descubrió que los ejemplos de acoso laboral más común entre los empleados eran: los gritos o insultos, la difusión de falsos rumores, intimidación, la manipulación de pertenencias, los empujones y otras formas de abuso físico. Al final, el atractivo de los trabajadores encuestados fue juzgado por personas que no los conocían.

En comparación con los empleados atractivos, aquellos considerados como poco atractivos, eran tratados con mayor severidad, incluso cuando se tomaban en cuenta los factores como la edad, el género y el tiempo que habían laborado en su empresa. Por si fuera poco, los empleados que tampoco eran amables, son tratados con más dureza por sus compañeros de trabajo.

Tomando en cuenta que el ‘mobbing‘ es un problema que afecta a miles de personas alrededor del mundo. Esta investigación podría ayudar a los administradores a prevenir que algunos de sus empleados se conviertan en víctimas de abuso o acoso laboral.

Cabe mencionar que el acoso laboral inflige más daño a los empleados que el acoso sexual. Algunos datos revelan que muchas de las víctimas de este fenómeno y los testigos, son más propensos a requerir un tratamiento con medicamentos psicotrópicos, como los tranquilizantes, somníferos y antidepresivos.

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