Las chinches de cama se reproducen por inseminación traumática, también conocida como inseminación hipodérmica. Los machos tienen genitales hipodérmicos que atraviesan a las hembras en cualquier parte de su abdomen, posteriormente eyaculan el esperma dentro de la cavidad corporal. El esperma se difunde a través de la parte inferior llegando a los ovarios; lo que resulta en la fertilización.
La chinche hembra pone más o menos cinco huevos en un día y unos quinientos durante toda su vida. Los huevos son de aproximadamente un milímetro de largo, y son visibles para el ojo humano. Estos tienen un tinte de color blanco lechoso.
Los huevos tardan dos semanas en eclosionar. Las ninfas comienzan a alimentarse tan pronto como salen del cascarón, y pasan a través de cinco estados de muda antes de alcanzar la madurez. Durante cada etapa de muda necesitan alimentarse, y se tardan unas cinco semanas para alcanzar la madurez en un entorno a temperatura ambiente. Cabe resaltar que las chinches sólo pueden reproducirse cuando han alcanzado dicha madurez.
Las chinches pueden entrar en un nuevo hogar como polizones: en el equipaje, los muebles y la ropa de cama; especialmente en los muebles de segunda mano. Un murciélago o un pájaro que vuela dentro de una casa podrían introducir chinches y otros insectos también.
Ya que las chinches pueden sobrevivir durante muchos meses sin comida, podrían encontrarse en las casas vacías y aparentemente limpias. También pueden moverse de un apartamento a otro a través de los huecos en las paredes y por los sitios donde cruza el cableado.
