Hace poco más de dos años, salió al mercado un dispositivo portátil conocido como el Infraescanner 1000, que utiliza luz infrarroja para detectar lesiones cerebrales traumáticas.
Ahora, la empresa que hizo posible este aparato, recibió la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), para comercializar un mejor sucesor: el Infraescanner 2000.
Desarrollado en colaboración con la Marina de los Estados Unidos, este dispositivo se sostiene contra la cabeza del paciente en ocho ubicaciones predeterminadas. Mediante el uso de dos guías de luz desechables, se emite una luz láser a través del cráneo y en la superficie del cerebro. A medida que la luz se refleja de nuevo al Infraescanner, su detector óptico es capaz de diferenciar entre la sangre circulante y la sangre acumulada (como ocurriría en un hematoma), debido al hecho de que la sangre acumulada absorbe más luz.
Este modelo tiene controles de visualización y procesamiento de datos. También es más resistente que su predecesor, para usarse en lugares como campos de batalla y puede funcionar con dos pares de baterías, en caso de que su batería recargable interna no funcione.
Además de sus aplicaciones militares, cabe mencionar que este tipo de aparatos serían de gran utilidad en el ámbito deportivo.
