El diario de Pediatría, afirmó recientemente que el número de accidentes y lesiones relacionadas con los alimentos en Estados Unidos ha ido en aumento. Especialmente por problemas de ahogamiento y asfixia.
Los investigadores analizaron los datos de ahogamiento relacionados con la asfixia por alimentos, en los niños estadounidenses de catorce años o menos, entre el año 2001 y 2009. Durante los nueve años se encontró que más de ciento diez mil niños visitaron las clínicas de emergencia de los hospitales, como resultado de un accidente por asfixia.
El estudio mostró que los niños menores de un año representaron el treinta y siete por ciento de los casos. Hubo una división casi igual entre el número de niños y niñas que presentaron emergencias por asfixia. Por fortuna sólo el diez por ciento de los niños requirieron de hospitalización y el resto dejó el hospital solamente con un consejo del médico.
Los alimentos más populares que protagonizaron más de la mitad de los casos de asfixia fueron los caramelos, otros dulces en general, la carne y los huesos. Cabe señalar que las semillas y los frutos secos eran los alimentos que más resultaban en hospitalizaciones. Quizá porque son más difíciles de masticar y pueden bloquear con mayor facilidad las vías respiratorias.
Una recomendación es leer cuidadosamente la información de algunos juguetes, las etiquetas de advertencia, y ser cuidadoso con el tipo de alimentos o la forma en estos se sirven a los más pequeños. Así como desarrollar mejores estrategias de educación para ayudar a prevenir la asfixia infantil.
