El consumo excesivo de alcohol se produce cuando un hombre consume más de ocho unidades de alcohol y una mujer consume más de seis unidades en una sola ingesta. De hecho, beber grandes cantidades de alcohol una y otra vez, es peor para la salud que hacerlo frecuentemente y en pequeñas cantidades.
El consumo excesivo de alcohol se ha convertido en un problema creciente en muchos países, especialmente en el Reino Unido, donde el cuarenta por ciento de los ingresos hospitalarios de emergencia están relacionados con el alcohol. Bebiendo vino, cerveza o licores tres a cuatro veces por semana, el riesgo de desarrollar un consumo excesivo se incrementa especialmente entre los jóvenes.
Los hombres que toman veintidós o más unidades de alcohol a la semana, tienen una tasa veinte por ciento mayor de ingresar a un hospital para cuidados intensivos, a diferencia de los no bebedores.
El consumo excesivo de alcohol entre los estudiantes universitarios también puede incrementar el riesgo de enfermedad cardíaca en etapas posteriores de la vida, ya que muestran daños en los vasos sanguíneos, similares a los causados por el colesterol alto y la hipertensión; dos factores relacionados con la enfermedad cardíaca.
Estas ‘borracheras’ regulares son uno de los más graves problemas de salud pública, debido a que el consumo excesivo de alcohol es neurotóxico y existe evidencia científica de las posibles consecuencias cardiovasculares graves en los adultos jóvenes que realizan estas prácticas.
