Un especialista en inmunología, el doctor Jacinto Convit, quien trabaja para el Instituto de Biomedicina de Caracas, en Venezuela, anunció recientemente un progreso significativo en el desarrollo de lo que él llama una vacuna autógena, para el tratamiento del cáncer de mama, colon y estómago.
La inoculación se compone de algunos elementos básicos, entre ellos: Bacillus de Calmette y Guérin, mejor conocido por sus siglas BCG, y por ser la vacuna contra la tuberculosis, así como células de cáncer muertas. Debido a la utilización de este último ingrediente, la vacuna autógena no puede producirse en serie, pero es totalmente personalizada.
Durante los últimos tres años, el Instituto de Biomedicina ha estado evaluando un pequeño grupo de veintitrés pacientes con cáncer, sobre todo de cáncer de mama y casos aislados de cáncer de colon, estómago y cerebro.
Cada paciente firmó un formulario de consentimiento para someterse al modelo de inmunoterapia experimental, y a decir de los investigadores, ha producido resultados alentadores. Los pacientes fueron divididos en dos grupos: El primero de ellos se sometió a un tratamiento de quimioterapia supervisado por sus oncólogos. El segundo grupo estuvo conformado por los pacientes que se negaron a ser tratados con quimioterapia.
Esta vacuna se caracteriza por ser una vacuna autógena, ya que está hecha de las propias células tumorales del paciente. Con el propósito de prepararla se requiere de un gramo de células tumorales, estas se combinan con el producto conocido como BCG, que además de servir contra la tuberculosis, también ha sido un compuesto muy útil contra la lepra desde hace varias décadas (adicionalmente, ha sido utilizado en el cáncer de vejiga y como adyuvante en la inmunoterapia de la leishmaniasis cutánea).
El doctor Convit, quien tiene noventa y siete años, es famoso en todo el mundo por el descubrimiento de la vacuna contra la lepra, esto le valió una nominación para el premio Nobel en 1988. Él reveló que su único interés por el momento, es llevar a tantas personas como pueda al Instituto de Biomedicina, con la intención de ayudarlos con su problema. La vacuna es gratuita, pero requiere de la aprobación previa de un médico oncólogo.
Aunque Convit no está interesado en obtener el reconocimiento por su trabajo, la comunidad venezolana confía en que Convit sea nominado por segunda vez para el premio Nobel de Medicina.
