La enfermedad cardíaca es la causa más común de muerte en el mundo, lo que representa por sí sola, una de cada ocho muertes. Y un nuevo estudio publicado en el Diario de Medicina de Nueva Inglaterra ha demostrado por qué.
Casi todas las personas que ingresen a una sala de urgencias mientras sufren un ataque al corazón, serán tratadas con angioplastía o con la inserción de un pequeño globo en los vasos sanguíneos cerca del corazón para que la sangre fluya alrededor de las obstrucciones.
La investigación indica que cada momento en el que se interrumpe el flujo de sangre, aumenta el daño hecho al corazón, por lo que los hospitales han hecho esfuerzos gigantesctos para reducir el tiempo que les toma a los pacientes recibir la angioplastía.
Esto resulta importante, ya que el músculo cardíaco está muriendo mientras el paciente está pensando si su problema es real, si debe pedir o no ayuda. Esto se traduce en una gran cantidad de demora en la búsqueda de tratamiento.
Las estrategias potenciales para mejorar la atención pueden incluir el aumento de concientización en los pacientes con síntomas de ataque al corazón, reducir los retrasos de tratamiento una vez que comienzan los síntomas y acortar el tiempo de traslado entre los centros de salud una vez que se reconoce un ataque al corazón.
