Muchas personas se han preguntado de dónde viene la imaginación, cuál es la razón de que seamos creativos, por qué pensamos científicamente y también cómo es que pudimos crear el arte e inventar herramientas.
Los filósofos han argumentado desde hace miles de años sobre la esencia de la imaginación. Por esta razón, los científicos del Colegio Darthmouth creen que su estudio podrá acercarnos a la respuesta.
Los autores de la investigación dicen que la respuesta está en el espacio de trabajo mental del cerebro humano, que es una red neuronal generalizada que coordina la actividad en varias regiones del cerebro y conscientemente manipula símbolos, imágenes, ideas y teorías.
Sin embargo, demostrar cómo se produce la imaginación no es fácil, ya que las técnicas disponibles sólo nos permiten examinar la actividad cerebral de manera aislada.
Ahora bien, los científicos trataron de explicar cómo es que el cerebro nos permite manipular imágenes mentales, pidiendo a un grupo de voluntarios que imaginaran un abejorro con la cabeza de un toro. La mayoría de las personas encontrarían esta tarea sencilla. Sin embargo, con el fin de hacer que la imagen aparezca en el ojo de la mente, el cerebro humano debe construir una imagen totalmente nueva, aparentemente de la nada.
Quince voluntarios evocaron en sus mentes las formas visuales concretas, luego mentalmente debían combinarlas en figuras más complejas. Otros tuvieron que crear imágenes complejas en sus mentes y luego desmantelarlas mentalmente en partes separadas.
Usando equipos de resonancia magnética funcional, el equipo fue capaz de medir la actividad cerebral de los voluntarios. Como era de esperarse, la parte del cerebro que manipula las imágenes se activó con el impulso de manipulación mental. Pero también otras regiones que parecen estar implicadas en la manipulación de formas imaginarias.
El estudio confirmó lo que la mayoría de los estudiosos habían teorizado: que el espacio de trabajo mental, es responsable de la mayoría de la experiencia consciente humana y que nosotros los humanos, hemos evolucionado las capacidades cognitivas flexibles.
Dicho de otro modo, cuando se trata de comportamientos cognitivos humanos complejos, debemos ver el funcionamiento del cerebro como un todo, en lugar de sólo observar sus partes aisladas.
La comprensión de las diferencias entre nuestro cerebro y el de las otras especies, proporciona una idea de dónde viene la creatividad y posiblemente nos permitirá recrear esos mismos procesos en las máquinas algún día.
