Muchas personas tienden a creer una serie de afirmaciones erróneas respecto a la obesidad infantil, a continuación presentamos algunas de ellas:
– La obesidad infantil es genética, por lo que no hay nada que se pueda hacer al respecto.
La realidad es que, si bien los genes de una persona tienen influencia sobre su peso, estos sólo representan una pequeña parte de toda la ecuación. Aunque algunos niños son más propensos a ganar peso que otros, eso no quiere decir que estén destinados a padecer necesariamente de problemas de peso. La mayoría de los niños pueden mantener un peso saludable si comen bien y hacen ejercicio.
– Los niños que son obesos o tienen sobrepeso deben ponerse a dieta.
Esto no siempre es verdad, ya que a menos que se lo indique el médico, el tratamiento de la obesidad infantil no gira necesariamente alrededor de la pérdida de peso. El objetivo debe ser disminuir o detener el aumento de peso, lo que permite a los niños crecer en su peso ideal.
– No tiene importancia, los niños superan el sobrepeso con la edad.
Es cierto que la obesidad infantil no siempre conduce a la obesidad en la edad adulta, pero esta aumenta los riesgos de forma espectacular. La mayoría de los niños con exceso de peso en cualquier momento, durante el preescolar o la primaria, siguen teniendo un exceso de peso al llegar a la adolescencia, por lo que muchos de ellos no superan el problema.
