Las personas con alguna enfermedad mental, fuman en tasas mucho más altas que las de la población en general. Sin embargo, los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana, señalan que la investigación indica que la enfermedad psiquiátrica hace que el cerebro sea más susceptible a la adicción.
En Estados Unidos, las tasas de tabaquismo en la población han caído por debajo del veinticinco por ciento, no obstante, el tabaquismo entre los enfermos mentales ha permanecido como algo generalizado y representa alrededor de la mitad de todos los cigarrillos vendidos.
A pesar de los peligros para la salud conocidos por el consumo del tabaco, dicho hábito entre los enfermos mentales ha sido ampliamente visto como una forma de ‘automedicación’, reduciendo la intención de los profesionales de la salud para evitar que sus pacientes dejen de fumar.
Esto es realmente devastador para las personas con enfermedad mental, por las consecuencias sanitarias de gran dimensión que representa la adicción a la nicotina; esta es la principal causa de enfermedad y muerte prematura en los Estados Unidos, y la mayor parte de la morbilidad y la mortalidad se concentra en las personas con dichas enfermedades.
La evidencia sugiere que la vulnerabilidad es un resultado biológico involuntario de la forma en que el cerebro está diseñado y cómo se desarrolla después del nacimiento, y no una decisión racional para el uso de la nicotina.
