Cuando sufrimos un dolor en la espalda, no siempre está relacionado con alguna enfermedad o condición crónica. Incluso las personas sanas pueden experimentar estos malestares en la vida cotidiana. A continuación se presentan algunas de las causas que podrían desencadenar el dolor de espalda:
Dormir sobre un colchón viejo.- Un buen colchón tiene una duración de ocho a diez años. Cuando éste no ha sido reemplazado después de este tiempo, los más probable es que la columna vertebral no esté recibiendo el apoyo que necesita. También es recomendable que el colchón no sea demasiado suave.
Llevar bolsas muy pesadas.- Llevar una bolsa muy pesada sobre alguno de los hombros, hace que el cuerpo se desequilibre, sacando de balance a la columna vertebral en el proceso. Lo más adecuado es utilizar una bolsa más ligera, dicho de otro modo: la bolsa y lo que hay en ella no deben pesar más del diez por ciento del peso corporal.
Usar calzado alto o demasiado plano.- Los tacones que son demasiado altos, obligan al cuerpo a arquear la espalda, poniendo presión sobre las articulaciones. Las sandalias también pueden ser malas dependiendo del tipo de pie. Las sandalias sin respaldo de apoyo hacen daño, haciendo que los pies se muevan de lado a lado, distribuyendo el peso de manera desigual.
Guardar rencores.- Las personas que llevan a cabo la práctica del perdón, experimentan menos sensaciones de resentimiento, depresión, ira y menos molestias o dolores. Nuestras emociones, la tensión muscular y los pensamientos pueden influir directamente en la fuerza de las señales del dolor. Estos rencores no sólo son perjudiciales para el cuerpo, también lo son para la salud emocional.
Los hábitos sedentarios.- Las personas con un trabajo de escritorio que permanecen sentadas todo el día, pueden sentirse bien, pero la mayoría desconoce que al no mantener una postura correcta mientras están sentados frente al ordenador, provocan que sus músculos se debiliten. Estar sentado también pone un cincuenta por ciento más de presión sobre la columna vertebral que estando de pie. Algunos escritorios de pie podrían ayudar a combatir este problema.
El estrés.- Cuando una persona está estresada, también lo está todo su cuerpo, incluyendo los músculos del cuello y la espalda, que comienzan a contraerse y apretarse. Por desgracia, el estrés constante evita que los músculos tengan la oportunidad de relajarse, causando dolor. Algunas de las actividades que ayudan a combatir el estrés son el ejercicio, la meditación y un baño caliente.
La comida chatarra.- No es sorprendente que una ingesta alta de calorías y alimentos bajos en nutrientes conduzcan al aumento de peso. Sin embargo, este incremento pone un carga extra sobre la espalda. De hecho, las personas con sobrepeso tienen un mayor riesgo de padecer osteoartritis. Algunos expertos afirman que perder del cinco al diez por ciento del peso corporal puede mejorar significativamente la condición de las personas.
