Cuando la ciencia ficción habla sobre una interfaz cerebro-máquina, la idea casi siempre resulta aterradora para unos, y entusiasta para algunos tecnófilos. Sin embargo, ambas reacciones a menudo pasan por alto una de las principales razones por las que los científicos persiguen este tipo de interfaces. A saber, para que los amputados y los que sufren de parálisis recuperen la autosuficiencia mediante el control de un robot móvil o un atuendo robótico.
Los brazos y piernas artificiales controlados por los pensamientos de su portador, ya son una realidad, pero no están disponibles en el mercado. Son ideales para las personas que no tienen el uso de una sola extremidad, por lo general sólo la parte que se encuentra debajo de la rodilla o el codo. Pero ¿Qué pasa con los tetrapléjicos, por ejemplo?
Los investigadores de la Universidad Duke, lograron crear una interfaz cerebro-máquina de dos manos, en un estudio realizado con monos. Hasta ahora, los intentos por usar dos extremidades robóticas han tenido un éxito muy limitado.
Los movimientos bimanuales en nuestras actividades diarias son muy importantes. Para observar cómo el cerebro produce el movimiento coordinado, usaron monos entrenados para usar las manos de un avatar en una pantalla realista, primero con una palanca de mando, y con el tiempo, sólo con sus mentes.
Por alguna razón, la actividad mental implicada con los miembros de coordinación, no se parecía a la suma de las que participan en el movimiento de cada miembro por separado. Dicho de otra forma, no era posible predecir lo que las mismas neuronas individuales o poblaciones neuronales harían cuando los brazos estaban comprometidos en una tarea bimanual.
