Nuevos estudios han revelado tratamientos prometedores para la adicción a la nicotina, la heroína y han arrojado nueva luz sobre la comprensión de las patologías relacionadas con los juegos de azar y el uso de heroína para el dolor crónico.
En otras palabras, los médicos podrían algún día desarrollar intervenciones no farmacéuticas y terapias para tratar la adicción.
Según la Organización Mundial de la Salud, quince punto tres millones de personas en el mundo sufren de trastornos por el consumo de drogas. Una variedad de áreas y procesos cerebrales juegan un papel en las conductas adictivas, lo que complica el tratamiento y cuesta millones de dólares y vidas cada año.
Los estudios actuales contribuyen a la comprensión de cómo se desarrollan los trastornos compulsivos, y proporcionan nuevos conocimientos sobre los métodos para tratar las conductas adictivas. De hecho, los nuevos hallazgos muestran que la estimulación magnética del cerebro ayuda a algunas personas a disminuir su consumo de tabaco, e incluso a dejar de fumar por completo durante un máximo de seis meses después del tratamiento.
La estimulación de una zona del cerebro asociada con la recompensa de las drogas, a saber, el núcleo subtalámico, redujo la motivación de las ratas a tomar heroína. Y el dolor crónico conduce a las ratas ya expuestas a las drogas a tener dosis más y más altas de heroína, lo que sugiere que las personas con adicción son más susceptibles a sufrir una sobredosis cuando tienen dolor crónico.
Otra investigación sugiere que un área del cerebro conocida como ínsula, podría estar hiperactiva en las personas con problemas de juego. Las personas con daños en esta área, eran menos propensas a las motivaciones de los jugadores; esto proporciona una clave para identificar las áreas del cerebro que están relacionadas con la adicción al juego.
Los jugadores patológicos, pueden verse muy interesados en los pagos en efectivo, pero demostrar menos atención a otro tipo de recompensas; como el sexo o la comida. Los investigadores encontraron que los jugadores patológicos mostraron una disminución de la actividad en áreas del cerebro sensibles a la recompensa, cuando el dinero no estaba involucrado.
Las intervenciones no farmacológicas serían un enorme paso en el tratamiento del abuso de drogas, que se basa actualmente en la sustitución de una droga por otra y tiene una tasa muy alta de recaída.
