Reducir la ingesta de sal proporciona claros beneficios para la salud del corazón y los riñones de los pacientes con enfermedad renal crónica, al menos esto es lo que dicen un estudio realizado en la Universidad de Queensland, en Australia.
Los resultados apuntan al poder de la restricción de sal en una posible prolongación de la vida de los pacientes con enfermedad renal.
El consumo excesivo de sal se ha vinculado constantemente a un mayor riesgo de enfermedades del corazón y al deterioro de la función renal. Las personas con enfermedad renal crónica pueden ser particularmente susceptibles a los efectos nocivos de la sal, debido a la importante función que tienen los riñones al controlar el equilibrio de esta sustancia y a un mayor riesgo de morir por enfermedades del corazón. Sin embargo, el efecto de la restricción de sal en estos pacientes no ha sido bien estudiado.
El presente estudio es el primer ensayo controlado aleatorio y comparativo, donde se evaluaron los efectos de una dieta baja en sal y una dieta rica en sal. El equipo midió distintos parámetros de salud, relacionados con el corazón y los riñones, incluyendo el cambio en el volumen de líquido extracelular, la presión arterial y la proteína en la orina.
Ellos encontraron que en promedio, el bajo consumo de sal reduce el volumen de exceso de líquido exrtracelular por un litro, bajando la presión arterial y la excreción de proteínas a través de la orina. Todo esto sin causar efectos secundarios significativos.
Los hallazgos sugieren que la restricción de sal es una intervención eficaz, de bajo costo y riesgo para reducir los problemas cardiovasculares y el empeoramiento de la función renal crónica. Si pudieran transferirse estos resultados a los cuidados generales de la población, también podría generar ahorros considerables para el cuidado de la salud.
